martes, 12 de julio de 2016

Por más que quería negarlo, era algo ya bastante evidente, había perdido totalmente la capacidad para poder controlar mi cuerpo cada vez que te veía, te nombraba o simplemente me acordaba de ti.
Tenía miedo, estaba claro, tenía miedo de perderle antes de llegar a tenerle, me aterraba la idea de pensar que de verdad era eso de que me estaba pillando, que el hablar con el no era solo una costumbre solo, se había vuelto una pequeña necesidad del día, que una mañana sin hablar con el, se convertía en una mañana llena de preocupaciones, que ya no solo me conformaba con verlo, necesitaba abrazarlo.
En poco tiempo consiguió que confiara en él, que quisiera volver a arriesgarme, que me podía caer estaba claro, pero había una pequeña oportunidad, y siempre que estuviera ahí lo intentaría, poco a poco sin prisas pero sin pausa.
Cada noche rezaba por que el día siguiente siguiera estando ahí, por que fuera él quien hiciera que mi mundo se volviera de color rosa por un tiempo. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario